lunes, 21 de octubre de 2013

Bugatti y Parmigiani Fleurier, la unión de dos familias


En el año 2000, la prestigiosa casa Bugatti busca una colaboración sólida con una empresa relojera que responda a unos criterios muy concretos. La marca en cuestión tiene que ser joven, lo suficientemente joven para que el fundador evolucione en ella de forma activa. La empresa debe aspirar a la excelencia técnica, pero también artística, y poseer un alto sentido del diseño y de la elegancia de las formas. Por último, la marca tiene que poseer una manufactura independiente, lo que significa que debe tener la libertad de fabricación que rima con un potencial creativo sin límites.

La lógica impuso que Bugatti aliara su destino a Parmigiani Fleurier, puesto que respondía con creces a todas estas expectativas. Desde 2001 la manufactura de Fleurier se esfuerza por crear los relojes de la colección Bugatti, que son mucho más que unos relojes con el logotipo de un coche; son la encarnación de un coche en un reloj.

Este año 2013 la manufactura Parmigiani Fleurier se siente orgullosa de presentar el Bugatti Aerolithe, una nueva ilustración de esta sólida colaboración.