lunes, 23 de abril de 2012

La potencia en movimiento se presentó en exclusiva en la Doha 9th Jewelry and Watch Exhibition


Fiel a su filosofía, la firma Parmigiani Fleurier nos sorprende de nuevo con la presentación del excepcional reloj de sobremesa «Halcón». Esta obra maestra destaca la tradición de la cetrería de Oriente Medio y rinde homenaje al célebre escultor animalista Edouard-Marcel Sandoz.

Especialmente vinculada a su sensibilidad y a su estética, Parmigiani Fleurier retoma algunas de sus técnicas, entre ellas, la orfebrería, para crear esta obra de arte única. Este ave rapaz, el halcón, tiene aquí una expresión que combina gracia y fuerza. La gran tensión de las líneas y del movimiento de conjunto se revela a través de un estilo de inspiración Art Déco, propicio a la pureza geométrica de las formas. El ave parece como absorbida por su impulso, lista para abatirse sobre su presa, la avutarda. El halcón, en forma de escultura de plata pulida, despliega magistralmente sus alas, cuyos relieves están realzados con un engaste en caída de más de 6.000 diamantes en talla brillante que acentúan la amplitud del gesto. Para la ejecución de las distintas partes, todas ellas de extrema complejidad se han empleado alrededor de 1.800 horas de trabajo, en las que es necesario dominar a la perfección las técnicas de cincelado y de pulido del metal precioso para realizar las líneas. El pico y las garras, símbolos de la fuerza legendaria del cazador, están realizadas en oro. El dibujo del plumaje de la cabeza está engastado con diamantes blancos en talla brillante, siguiendo siempre la tradición más pura del arte del engastado a mano.

La avutarda, de metal finamente forjado, no puede engañar al halcón que la atrapa seis veces por hora. Desde la zona formada por una cristalización de cuarzo ahumado que simula las tierras desérticas, el halcón cazará de forma indefinida a su presa. A intervalos irregulares, el mecanismo contenido en el zócalo permitirá que la avutarda esquive los asaltos de su cazador, impulsado eternamente a perseguirla, amplificando de esta forma la fuerza simbólica del halcón, una combinación de perseverancia y tenacidad. Un gong situado en el mecanismo sonará cada vez que la presa emprenda su huida.

La caja de protección del zócalo de cuarzo ahumado tallado en un bloque de cristal de Brasil de 70 kilos está elaborada con plata cincelada con motivos en forma de rosetón con engaste de diamantes en talla baguette. El aro de las horas del reloj de sobremesa está engastado con una técnica semiinvisible de diamantes baguette de color blanco y chocolate.